Poesía portuguesa contemporánea - Al Berto

 

Al Berto

El olvido en Yucatán

De Salsugem (1982/83)

 

 


 

 

1

 

me contaron que existen cristos

con lívidos rostros moldeados en cera

tienen barba y cabellos auténticos

y lágrimas de sangre hechas con rubíes

en yucatán… enciendo fuegos

 

donde nada puede arder te inmovilizo

en el principio de la memoria olvido el cuerpo delgado

la enfermedad sin nombre destruirá los órganos escondidos

debajo de la piel y de la sangre… me voy de viaje

 

incluso antes de haber llegado… exploro la noche

y las palabras sin nadie… en yucatán

muero lejos del mundo y no creo

en nada de lo que me contaron

 


 

2

 

¿qué longevidad tendrá la muerte de las aves en el ámbar de la noche?

¿y los pasos envenenados de quien hiere las palabras?

¿qué horas serán más allá de esta sílaba precaria?

 

escucho la voz ensordecedora de los guardadores de fuegos

el habla suave de marítimas estrellas … la luna rozando la pared

el hollín de la memoria… el susto

 

nada me enseñaron

y sin embargo aprendí a vivir con este zumbido en el corazón

nada me contaron

pero sospecho que continuaré solo hasta el final

nada me dijeron

tengo 35 años… ¡qué bueno que volviste!

 

no

no tengo hambre… observa

la noche se insinúa en la piel y diluye la locura

callémonos un instante

 

el susto crece

de tu voz de ayer en la grabadora

 




3

 

me dieron el lado mojado de la casa para vivir

alrededor la tierra saturada de volátiles semillas

los estanques de abundante agua y la fértil noche

rasgando la seda calcinada de las últimas visiones

 

balbuceo un canto inaudible… a veces

al amanecer todavía pienso en ti… avisto el río

que se acerca a la puerta y corre cerca del sueño

lava los turbios cabellos de los celos… despierta

la confusión silenciosa del amor

 

son míos estos jadeantes lirios

me pertenece esta fulguración de oro sobre el rostro

que se mueve en el espejo de mi edad… mis ojos

asustados por la precaria alegría de las piedras

y de las violetas atadas a las muñecas… la pasión por la sangre

 

los dedos corriendo sobre la lámina de vidrio quebrado

la respiración sofocada de la ciudad… el exiguo cuerpo

de las palabras donde olvido la voz y me reconozco

en ti escucho latir el corazón del poema

 

 


4

 

la sucia lámpara alumbra la mirada en las venas

es el cansancio del excesivo crepúsculo… el temor

de que el dolor se me prenda a las manos

 

intento huir dejarte en esa postración sin palabras

rasgo la espuma vegetal de la voz… entro en el cuerpo

por una sílaba más abierta y untada

apago el habla la incandescencia de la sangre

busco el esperma… único alimento

que de repente me ciega y sacude el corazón

 

fotografío el interior del cuerpo

exploro los corredores de los huesos las arterias distantes

y cuando encuentro una puerta regreso a la superficie de la tierra

donde un volcán se extingue poro a poro … lentamente

 

extendidos en la hierba

atentos a la desolación de los cuerpos y del paisaje

los dedos tatuando promesas y profecías en los hombros

la nariz abierta al amargo yodo de la arena… los ojos

anegados por las visiones de otro mundo… el miedo de la noche

cubriendo la piel con sus minúsculos cascabeles

después




5

 

aún está ahí aquel tronco de palmera

la perra muerta por enterrar… las acederas

amontonadas en una esquina del jardín la ceniza y el carbón

de la antigua lumbre de verano… escucho todos los timbres

que toqué al buscarte

 

cuando el viento perturba la oscuridad de los sentidos

apaciguo los días junto a las raíces de las glicinias

dejo que explote el agudo silencio de las aves heridas

en pleno vuelo… son magníficos y lentos los brazos

de las interminables enredaderas envejeció la flor… agarradas

a la cal donde la lluvia borró las huellas grabadas

 

(¡tu ausencia es bella como el aroma de este escondite!, pero si algún rumor me

despertara alimentaría con miel este cuerpo… que no es mío ni tuyo)

 

me siento al inicio del sueño

espero que una serpiente irrumpa de la concha de las manos

y me muestre el camino hacia algún dios áureo y triste

la memoria construye nuevos espacios de fiebre

el espejo se quebró en la furia del amor

la silla con la ropa colgando un papel arrugado

la carta que se quedó sin abrir… nadie




6

 

mientras hablabas de un mar

derramé sobre el pecho los escombros de la casa

te reconocí

en los cimientos devorados por las raíces de las palmeras

en la sombra del ave deslizándose junto a la pared

en el foco de luz rompiendo el ladrillo donde estuvo la chimenea

vivimos aquí

con el ruido de una tubería rezumando agua

hasta que el frío nos hizo abandonar el lugar y el amor

 

no sé adónde fuiste a morir

yo continúo aquí… escribo

ajeno al odio y a las variaciones del gusto y de la simpatía

continúo construyendo el relámpago de las palabras

que te harán regresar… al anochecer

hay una sensación de aves al otro lado de las puertas

los cuerpos caídos

la vida toda destinada a la demolición

 

intento perder la memoria

única tarea que tiene que ver con la eternidad

además… creo que nunca estuvimos ahí

y probablemente nada de esto ocurrió aquí

 



7. / POSTCRIPTUM

 

advierto la lumbre de un corazón antiguo y simple

atravieso el color luminoso de los sueños sin detenerme

aquí dejo el despojo de aquel cuya vida

es resplandor de lugares nítidos

 

(un poco de café, una carta, un trozo de vidrio)

 

estoy seguro de que si volviera el cuerpo al revés

quedaría todo por recomenzar

pero si vuelves aquí

tal vez encuentres estos papeles escritos

en el rincón más olvidado de la noche… tal vez

descubras el vacío donde el cuerpo desgastado esperó

 

voy a destruir todas las imágenes donde me reconozco

y a pasar el resto de la vida llamando al miedo














 

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